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Queda Coahuila sin fondos para la salud mental; especialistas lamentan falta de recursos

Pese a crisis generada por la pandemia, este año no se tiene presupuesto federal; en 5 años previos se han enviado 1.2 mdp

No obstante que la propia Secretaría de Salud Federal reconoce que faltan especialistas, investigadores, hospitales y programas de prevención, detección y atención de la salud mental, como las demencias, ideación suicida y adicciones, en los últimos cinco años el Gobierno Federal solo asignó a Coahuila 1 millón 245 mil 952 pesos, 249 mil 190 por año. Para 2023 no autorizó recursos para su atención.

En 2018, el Convenio Específico en Materia de Ministración de Subsidios para el Fortalecimiento de Acciones de Salud Pública en las Entidades Federativas, apareció en ceros el rubro de Salud Mental para el estado, lo mismo que en el 2021 y en el 2022, aunque en este último la Federación reasignó 319 mil 856 pesos en el transcurso del año.

Para 2019 autorizó 630 mil y en 2020 el estado recibió 296 mil 096 pesos. Este 2023, el apartado de Salud Mental no tiene recursos asignados, y lo mismo ocurrió en el resto de los estados.

En el Programa de Acción Específico de Salud Mental y Adicciones, el Gobierno Federal reconoce que los recursos económicos, humanos y materiales son insuficientes, se encuentran mal distribuidos, se amplía la brecha entre el número de personas con trastornos mentales que necesitan tratamiento y de quienes lo reciben.

El factor financiero es una barrera, ya que solo el 2 por ciento del presupuesto de salud federal se destina a atender la salud mental y de este 2 por ciento, el 80 por ciento se ejerce en gastos operativos de los hospitales siquiátricos.

Así, no se cuenta con recursos para acciones de prevención, detección, promoción del autocuidado, capacitación del personal en salud mental y adicciones, contención del deterioro cognitivo y la investigación; tampoco para informar y prevenir el estigma y la discriminación de las personas con problemas de salud mental.

El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” refiere que los trastornos neurodegenerativos provocan discapacidad, reducen el periodo de vida productiva, causan muerte prematura y discapacidad sicosocial, además de aumentar el riesgo de desarrollar otras enfermedades crónico degenerativas.

A la fecha, el Alzheimer es la demencia más común, progresiva y degenerativa que provoca deterioro de la memoria, el pensamiento y la conducta y el paciente puede ser disfuncional y dependiente.

La misma Secretaría de Salud Federal reconoce que en los hospitales faltan camas censables para personas con trastornos mentales y consumo de drogas, a la par que indica que los hospitales siquiátricos están saturados y son insuficientes.

LAMENTAN ESPECIALISTAS FALTA DE MEDICAMENTOS Y RECURSOS

El doctor Daniel de la Cruz, especialista en Medicina Interna y Geriatría, lamentó la poca disponibilidad de recursos en el sector público, pues faltan medicamentos, expertos en tratar la salud mental y los padecimientos que pueden presentarse en la edad adulta relacionados con el envejecimiento poblacional y enfermedades crónico-degenerativas.

Realmente el apoyo es corto para esos rubros de la salud, expresó, al indicar que en la realidad un paciente con cualquier tipo de demencia, que presenta síntomas o ya la desarrolló, recibe poco respaldo en tratamiento farmacológico en las instituciones del sector público.

Clínicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) carecen de espacios para llevar a cabo sesiones de rehabilitación de la memoria y de rehabilitación cognitiva. El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) está en las mismas condiciones y no tiene los medicamentos necesarios para brindar el tratamiento adecuado a pacientes con demencias.

Falta infraestructura para atender los casos de deterioro cognitivo o neurodegenerativo: se requieren especialistas en neurosicología, psiquiatría, geriatría, psicología, enfermeras geriatras y gerontólogos, y otros, para la atención de padecimientos que se presentan con la edad avanzada.

Para todo el volumen de afiliados y derechohabientes que atienden, los especialistas son muy pocos. En el caso del IMSS, el servicio se limita a ofrecer la valoración de la salud mental por el neurólogo, el psiquiatra y brindar consejos no farmacológicos.

En el ISSSTE, explicó, ofrecen aplicar un parche llamado EXELON, que contiene la sustancia activa Rivastigmina, una clase de medicamentos llamados inhibidores de colinesterasa que ayudan a mejorar la memoria.

Los inhibidores solo son efectivos en una etapa temprana, en los primeros uno o dos años, el problema es que los síntomas iniciales pasan desapercibidos para el paciente y la familia, como pequeños olvidos que se vuelven recurrentes, y cuando se dan cuenta, ya puede ser tarde para un tratamiento de contención adecuado.

Aclaró que para el deterioro neurodegenerativo no hay cura hasta el momento, solo medicamentos y tratamientos de contención para evitar que la enfermedad se detone en forma acelerada, la ralentiza, y los medicamentos son costosos.

Por ejemplo, en Estados Unidos recién salió un medicamento que cuesta alrededor de 100 mil pesos para el tratamiento de un mes, y solo contiene el padecimiento con mayor efectividad.
Ante este panorama de falta de recursos en el sector público, recomendó seguir “bombardeando” a la población con campañas de prevención, orientación y detección temprana del deterioro cognitivo, tomando en cuenta que la diabetes, la obesidad, la hipertensión, el colesterol, los triglicéridos, los microinfartos y embolias, el cigarro y alcohol son de los principales factores de riesgo.

Fuente: Vanguardia MX

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