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Mejoró la atención y abasto de medicinas en 2022, pero aún no se recuperan los niveles antes de pandemia

En 2022, más de 15.2 millones de recetas no fueron surtidas de manera efectiva en las principales instituciones de seguridad social. El porcentaje de estas, que corresponden al IMSS, poco más de 82%, refleja una disminución significativa en comparación con 2021.

En 2022, la atención médica y el abasto de medicinas en las principales instancias de salud pública mejoró en comparación con 2021; sin embargo, aún no se recuperan los niveles que se tenían previo a los años de pandemia, según datos reportados en la Radiografía del desabasto de medicamentos en México 2022, realizada por el colectivo Cero Desabasto. 

Según este informe, en 2022, más de 15.2 millones de recetas no fueron surtidas de manera efectiva en las principales instituciones de seguridad social.

El porcentaje de estas, que corresponden al IMSS, poco más de 82%, refleja una disminución significativa en comparación con 2021, cuando rebasaron los 20 millones solo en ese instituto. Estas cifras están lejos de lo reportado en los años previos a la pandemia, cuando sumaban poco más de un millón de recetas sin surtir.

Abasto de medicinas es dispar

La variación ha sido dispar en el resto de los subsistemas de salud, pues la Secretaría de Marina (Semar), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Pemex registraron en 2022 sus niveles más bajos de surtimiento de recetas. Mientras el IMSS conserva un porcentaje superior al 90%, estas tres instituciones apenas alcanzan alrededor del 75%.

Del mismo modo, en cuanto al número de consultas otorgadas por instituciones de seguridad social, el 2022 muestra una mejora respecto a los años de pandemia que más impactaron la atención a la salud (2020 y 2021), aunque tampoco se han alcanzado los niveles registrados en los años previos, principalmente la Secretaría de Salud, que el año pasado ofreció poco más del 50% de las consultas que había registrado en 2018. 

“La recuperación ha sido también muy dispar, en unos casos prácticamente completa como en el caso del IMSS, y en otros aún muy disminuida como en el caso del IMSS-Bienestar o la Secretaría de Salud”, consigna el informe. 

Mientras el IMSS o la Sedena han podido retomar sus índices de número de consultas previas a la pandemia, los Servicios Estatales de Salud y los hospitales pertenecientes a la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (CCINSHAE) mantienen rezagos importantes. 

Andrés Castañeda, coordinador de Cero Desabasto, subrayó que solo el 40% de las personas que tuvieron una necesidad de salud recibieron atención en instituciones públicas.

“2021 es el año con peores niveles de surtimiento, peores niveles de abasto que tenemos registrados, pero seguimos estando lejos de la meta, lejos de como hemos estado; en 2017, 2018 no solo había más consultas y más atenciones, sino que estaban mejor surtidas”, explicó.

En los estados, el nivel de abasto sigue bajo 

Otra fuente de información que provee indicadores sobre el abasto de medicamentos es el Sistema Nacional de Indicadores de Calidad en Salud (INDICAS), una herramienta creada por la Secretaría de Salud para medir la calidad de atención en los servicios. 

A partir del análisis de estos indicadores, Cero Desabasto documenta que existen estados de la República que reportaron un porcentaje de surtimiento “alarmantemente bajo” en el tercer cuatrimestre de 2022. 

Entre ellos está Aguascalientes, con 47.4% y 48.1% en unidades de primer nivel rurales y urbanas, respectivamente, así como Hidalgo (44.9%), Colima (48.9%), Coahuila (47%) y Chihuahua (48.2%). 

La radiografía del desabasto aclara que muchas entidades utilizan el INDICAS como único indicador de surtimiento, y en otras, aunque reflejan tendencias similares, los datos del sistema no coinciden exactamente con los cálculos de recetas reportadas por cada entidad federativa.

En cuanto a los reportes que se registran directamente en la plataforma de Cero Desabasto, el colectivo consigna en su radiografía que en 2022 se registraron mil 461, lo cual representa una disminución del 60% en comparación con 2021, que ha sido el año con el peor registro. 

Esta tendencia se correlaciona con lo reportado por las principales instituciones de salud del país y con el resto de indicadores, señala el documento. 

Respecto a la tendencia en las enfermedades que más informan tener las y los pacientes que han hecho reportes, las más comunes en 2022 están relacionadas con la salud mental, seguidas de cáncer, diabetes, neurológicas y reumatológicas. 

“Otros grupos de patologías que ganaron lugares de manera significativa fueron Parkinson, enfermedades endocrinas y otras neurológicas”, agrega el informe. 

Los estados que se han mantenido con el mayor número de reportes, son Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Chihuahua, Puebla, Tamaulipas y Nuevo León.

Auditorías al desabasto

La Radiografía del desabasto de medicamentos en México 2022 incorpora también un análisis en torno a diversos informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de la cuenta pública 2021, vinculados a la adquisición de medicamentos. 

Durante ese ejercicio, se hicieron 25 auditorías al sector salud a nivel federal, que derivaron en 110 promociones de responsabilidad administrativa sancionadora por acciones u omisiones. 

En su Plan Anual, la ASF incluyó 72 auditorías vinculadas con la adquisición de medicamentos; sin embargo, solamente seis se hicieron a instituciones federales mientras que el resto se dirigieron a la operación del “Programa de atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral” en las entidades federativas. 

A partir de las únicas seis auditorías a instituciones federales –Insabi, IMSS e ISSSTE–, se produjeron 15 recomendaciones, seis pliegos de observaciones y 60 procedimientos de responsabilidad administrativa, así como 892.4 millones de pesos no ejercidos adecuadamente. 

De ellos, se recuperaron 682 millones, pero “el uso y destino total de los recursos auditados para la adquisición de medicinas y productos farmacéuticos que debieron realizarse vía aportaciones a seguridad social por parte del ISSSTE no han sido aclarados”, destaca el análisis.

Aunado a ello, la mayoría de las auditorías vinculadas a adquisición de medicamentos se realizaron sobre universos muy limitados, del 16 al 45%. En tanto, la auditoría al Insabi fue la única en la que la muestra incluyó la totalidad de recursos aprobados. 

“Sin embargo, el monto observado fue de 105.7 millones de pesos cuyo uso y destino aún no han sido aclarados”, consigna el informe. 

“Si analizamos el fondo de la información, hay un auténtico catálogo de irregularidades, por ejemplo, no se tenía la información completa de los catálogos de los medicamentos que se debían adquirir, no se tuvieron todas las claves para las adquisiciones, hubo tardanzas en el envío de los recursos, y lo más grave es que reproducen malas prácticas de compras. Ahí no nos extraña que el convenio que tenía el gobierno mexicano con la UNOPS se haya terminado de manera anticipada, puesto que el resultado deja mucho que desear”, explicó Lourdes Morales Canales, directora de la Red por la Rendición de Cuentas, quien estuvo a cargo de ese análisis.

La experta afirma que el gobierno debe dar muchas explicaciones de por qué no se compró lo que se tenía que comprar en tiempo y forma.

“Por qué no se entregó o por qué no se registró que lo que se compró verdaderamente se entregó o no, y qué pasó con lo que sí se compró, porque no hay registros”, subrayó.

Fuente: Animal Político

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