Distribución del presupuesto de la UNAM genera inconformidad estudiantil por falta de apoyo alimentario

El 77 por ciento del presupuesto total de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se destina al pago de sueldos de personal académico, administrativo, así como a gratificaciones por separación, jubilaciones, aguinaldos y primas vacacionales, mientras que únicamente el 2.2 por ciento se orienta a becas para los más de 300 mil estudiantes que integran su matrícula.
Según el desglose de gastos de la cuenta pública anual 2024, la UNAM recibió 52 mil 744 millones de pesos del gobierno federal y generó ingresos propios por 6 mil 652 millones, lo que da un total de 59 mil 396 millones de pesos. Más de tres cuartas partes de estos recursos son absorbidos por las remuneraciones del personal, dejando un margen reducido para otros rubros como mantenimiento, remodelaciones, adquisición de equipo científico, renta, mobiliario y apoyos estudiantiles.
Ante esta situación, alumnos de diversas facultades han manifestado su inconformidad por la ausencia de comedores subsidiados en sus planteles. Argumentan que las cafeterías concesionadas venden alimentos a precios inaccesibles —una comida corrida supera los 80 pesos— y anuncian que retomarán asambleas el próximo lunes para discutir la posibilidad de nuevas protestas o paros hasta obtener una respuesta de las autoridades universitarias.
De acuerdo con resolutivos de asambleas anteriores, estudiantes de Arquitectura, Filosofía y Letras, Ciencias Políticas y Sociales, Ingeniería, Química y Economía señalan que la reciente movilización contra la reforma al Reglamento del Tribunal Universitario evidenció su capacidad de organización, y ahora buscan canalizar esa fuerza hacia la exigencia de condiciones más dignas de alimentación.
En la Facultad de Filosofía y Letras, alumnos advirtieron que tras las vacaciones de Semana Santa retomarán actividades con la toma de la cafetería, en demanda de su subsidio. Mientras tanto, estudiantes de Ciencias Políticas y Sociales afirmaron que “merecen alimentación digna” y que seguirán con protestas para exigir la salida de concesionarios privados y la creación de comedores universitarios financiados por la Rectoría.
La demanda, encabezada por el Frente Alimentario Estudiantil, subraya que menos del 10 por ciento del estudiantado recibe apoyo nutricional. En un documento, el colectivo advierte que la precariedad dentro de las escuelas “es un caldo de cultivo para la reproducción de la violencia en un país hundido en la crisis de desapariciones y con índices altísimos de feminicidio”.
El Frente busca que las autoridades universitarias, encabezadas por el rector Leonardo Lomelí, atiendan una necesidad que, denuncian, ha sido ignorada por años.