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El gobierno de Colombia, encabezado por Gustavo Petro, anunció el fin de la crisis diplomática con Estados Unidos luego de tensiones generadas por la decisión de Donald Trump de deportar a colombianos indocumentados en aviones militares, lo que fue calificado por Petro como una violación a los derechos humanos y a la dignidad de los migrantes.
El canciller Luis Gilberto Murillo informó que ambos países alcanzaron un acuerdo tras un intercambio de notas diplomáticas y destacó que Colombia garantizará el retorno digno de sus connacionales utilizando el avión presidencial. En un mensaje difundido en redes, Murillo señaló que, pese a las diferencias, el gobierno colombiano seguirá recibiendo a sus ciudadanos deportados con condiciones humanitarias.
El conflicto se intensificó cuando Trump anunció medidas comerciales contra Colombia tras el rechazo del aterrizaje de dos aviones militares estadounidenses con deportados. En respuesta, Petro autorizó elevar aranceles a productos estadounidenses y sugirió redirigir las exportaciones colombianas hacia otros mercados. Sin embargo, el diálogo permitió superar el impasse, evitando un daño mayor a la economía colombiana, que depende significativamente del comercio con Estados Unidos.
Petro defendió su postura al afirmar que los migrantes deben ser tratados con dignidad, instando al gobierno de Trump a regularizar su política migratoria. Además, resaltó la necesidad de un diálogo abierto sobre el Tapón del Darién, una ruta migratoria clave hacia Estados Unidos que enfrenta graves problemáticas humanitarias y de seguridad.
El mandatario colombiano también subrayó que en Colombia hay miles de ciudadanos estadounidenses en situación irregular y los invitó a regularizarse, destacando la importancia de la reciprocidad en las políticas migratorias.
A pesar de la resolución, este episodio marcó un precedente en las relaciones entre ambos países, con Petro desafiando las medidas unilaterales de Washington y priorizando la soberanía y la dignidad nacional en su política exterior.