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Rechazo del PRI y PAN al Plan de Política Exterior de Claudia Sheinbaum deja en evidencia su falta de respaldo a la soberanía nacional

Mientras Morena, PT, PVEM y Movimiento Ciudadano respaldan con firmeza la estrategia de política exterior de la presidenta Claudia Sheinbaum, especialmente ante los decretos antimigrantes emitidos por Donald Trump, el PRI y el PAN se han negado a unirse a este acuerdo. Esta postura no solo evidencia su falta de apoyo a la política exterior de México, sino también una desafortunada apertura a la injerencia de intereses externos que afectan la soberanía nacional.

El documento, fechado el 21 de enero, fue firmado por los presidentes de la Cámara de Diputados y los grupos parlamentarios mencionados, con un claro rechazo a cualquier intento de injerencia política y territorial de Estados Unidos. En él, se reafirma el derecho de México a proteger los derechos humanos de sus ciudadanos, independientemente de las medidas aplicadas en el territorio estadounidense.

A pesar de este respaldo mayoritario, el PRI y el PAN decidieron no firmar el acuerdo, dejando en evidencia su posición. Al no respaldar la defensa de los derechos de los mexicanos en el exterior, y rehusarse a cooperar en las posibles modificaciones presupuestarias para atender las medidas contra los migrantes, estos partidos muestran una vez más su inclinación hacia el “injerismo” que va en contra de la soberanía de México. Esto contrasta con los demás partidos que, sí han apostado por un frente común en defensa de la nación.

El presidente de la Mesa Directiva, Sergio Gutiérrez Luna, lamentó la postura de PRI y PAN, acusándolos de mezquindad política y de anteponer intereses partidistas al bienestar de los mexicanos. En sus palabras, no respaldar el acuerdo fue una traición al país y una muestra de cómo estos partidos priorizan sus cálculos políticos en lugar de la soberanía y el respeto a los derechos humanos de los migrantes mexicanos.

Ricardo Monreal, por su parte, explicó que el acuerdo busca establecer medidas claras frente a la imposición del programa “Quédate en México”, impulsado por el gobierno estadounidense, que considera una afrenta a la soberanía de México. Para enfrentar esta imposición, la presidenta Claudia Sheinbaum podría reorientar el presupuesto federal, sin generar deuda adicional, para atender la situación humanitaria de los migrantes y las posibles deportaciones masivas.

La negativa de PRI y PAN a unirse a este esfuerzo no solo resalta su falta de coherencia política, sino que pone en entredicho su verdadero compromiso con la soberanía nacional y el bienestar de los mexicanos, especialmente aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad en las fronteras.

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