El cinefotógrafo mexicano Rodrigo Prieto enfatiza que su objetivo no es dejar un sello personal en cada película, sino comprender la visión de los directores con quienes colabora. “Tratar de entender cuál es su mundo, cuál es su intención y entonces yo tratar de convertirme en un vehículo”, comentó. Este enfoque, según él, expande su creatividad en lugar de lastimar su ego.
Prieto fue uno de los invitados de honor en el Festival Internacional de Cine de Morelia y compartió su trayectoria en películas como Barbie, Brokeback Mountain, y The Irishman, así como su debut como director con Pedro Páramo, que se estrena el 6 de noviembre en Netflix. Desde sus inicios haciendo películas de monstruos en Super-8 a trabajar con directores como Martin Scorsese y Alejandro G. Iñárritu, ha sido nominado al Oscar en cuatro ocasiones, incluyendo su trabajo más reciente en Killers of the Flower Moon.
Prieto reflexionó sobre la naturaleza espiritual de su trabajo: “Todas esas experiencias de lugares, de gente… te conecta con el universo”. También destacó la fortuna que tiene de elegir sus proyectos, recordando su comienzo como asistente de dirección. “Esos cafés que yo traje con buena gana… alguien dijo; ‘¡Ah! Ese güey tal vez pueda hacer esa otra cosa’”.
Desmintió la idea de que en Hollywood no hay limitaciones de producción. “Siempre hay limitantes, el presupuesto es una limitante. Hay que trabajar dentro de esos parámetros”, subrayó, ilustrando su punto con su experiencia en Barbie, donde las condiciones eran exigentes.
Sobre su trabajo en Pedro Páramo, Prieto expresó su entusiasmo por la sinergia entre dirección y cinematografía. “Para mí no lo puedes separar… me siento totalmente parte de la creación final de la película”.
Al final, animó a los jóvenes cineastas a centrarse en sus ideas: “La meta es ‘¿qué quieres contar ahorita?… Ármalas, fílmalas como puedas’. Te invito a disfrutar cada momento de tu trayectoria”.