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De la violencia a la oportunidad: una secundaria modelo en Ciudad Juárez, Chihuahua

Ubicada en una de las zonas más conflictivas del suroriente de Ciudad Juárez, la Secundaria Técnica 80 ha dejado de ser solo una escuela para convertirse en un espacio de transformación social. En tan solo cinco años, bajo la dirección del maestro José Luis Villa Vega, este plantel ha rescatado a cientos de jóvenes de entornos de violencia, adicciones y deserción escolar. Su impacto le valió el Premio ABC 2023 en la categoría “Ser Líder”, otorgado por la asociación civil Mexicanos Primero.

La clave de este éxito, según el propio director, radica en poner a las personas por encima del plan de estudios:

“Con uno que se rescate o con uno que se inspire, todo valió la pena”, afirma Villa, convencido de que su escuela no expulsa, sino rescata.

Una visión centrada en el estudiante

Con más de 1,500 alumnos y un equipo de casi 50 docentes, el enfoque ha sido claro: entender el contexto social de cada estudiante y usarlo como base para enseñar. Villa ha impulsado estrategias pedagógicas que integran asignaturas como Formación Cívica y Ética o Español con problemáticas reales, como las adicciones, promoviendo investigaciones de campo y contenido preventivo que los jóvenes comparten en redes sociales.

La tecnología juega un papel central. Desde su llegada como director en 2020, el promedio académico subió de 8.1 a 8.8 puntos. Pero para él, las cifras son solo una referencia:

“Lo esencial es cambiar vidas y conformar un ecosistema de involucramiento entre maestros, alumnos y padres de familia”.

Para ello, desarrolló la plataforma digital Tec80.mx, única en el sistema estatal, donde se reportan asistencias, calificaciones y se diseñan experiencias de aprendizaje enfocadas en innovación, emprendimiento y trabajo comunitario.

De ingeniero a maestro por vocación

Ingeniero Industrial de formación, José Luis Villa descubrió su vocación en 2012, cuando reemplazó a un profesor en esta misma escuela. Desde entonces, se ha preparado con una maestría en Matemática Educativa, ha impartido clases universitarias y colaborado a nivel nacional en la creación de exámenes del sistema educativo.

En su trayectoria destacan sus cargos como director en comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara y zonas rurales, donde aprendió el valor de la educación comunitaria:

“Donde un profe mueve a todo un pueblo”, recuerda sobre su paso por el Valle de San Buenaventura.

Tecnología, comunidad y un “tercer turno”

Durante la pandemia, Villa diseñó un modelo híbrido que integraba lo presencial y lo virtual, lo cual fortaleció con la instalación de un aula de medios con 52 computadoras. Hoy, ese espacio es el centro de todas las materias y el corazón del nuevo laboratorio de emprendimiento de la escuela.

Además, la Técnica 80 se convirtió en un referente de comunidad digital, donde ya se está implementando la inteligencia artificial para evaluar el nivel de inglés y apoyar la revisión de exámenes. El siguiente paso, asegura, es introducir la robótica.

Pero el verdadero “tercer turno” de esta escuela empieza cuando terminan las clases. De 6 a 10 de la noche, los alumnos —y también jóvenes de otras secundarias y preparatorias cercanas— participan en actividades extraescolares como danza, deportes y próximamente música.

“En vez de estar en el celular, deambulando en parques o las calles (…), lo que se trata es de generar una oferta consistente para que desarrollen sus talentos y eso refuerza el compromiso de sus padres”.

Gracias a estas acciones, la Técnica 80 pasó de ser una escuela grafiteada y descuidada, a ser la más demandada del subsistema estatal. Y es que para José Luis Villa, educar es más que enseñar:

“El maestro que se sienta frente a un grupo de estudiantes que solo escucha quedó en el pasado”.

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