La hermana Inah Canabarro Lucas, reconocida como la mujer más longeva del planeta, falleció este miércoles 30 de abril a los 116 años en Porto Alegre, Brasil, según informó la Congregación de las Hermanas Teresianas, comunidad religiosa a la que pertenecía.
Canabarro, nacida el 8 de junio de 1908 en San Francisco de Asís, estado de Rio Grande do Sul, estaba a pocas semanas de cumplir 117 años. El velorio se llevará a cabo este jueves en Porto Alegre, capital del estado.
“En el día de hoy, que la resurrección abrace a la Hermana Inah Canabarro, damos gracias por la entrega y dedicación, pedimos que el Señor, Padre de bondad, la reciba y la acoja en su infinito amor”, expresó la congregación a través de un comunicado.
Aunque su obituario cita el 27 de mayo de 1908 como su fecha de nacimiento, registros oficiales señalan el 8 de junio del mismo año como la correcta.
Desde niña, su salud fue frágil. Su sobrino, Cleber Canabarro, de 84 años, relató que “era tan delgada que muchas personas no creían que sobreviviría hasta la adultez”.
A los 16 años comenzó su vida religiosa en una escuela teresiana de Santana do Livramento, en la frontera con Uruguay, y luego vivió un tiempo en Montevideo. Fue ordenada monja a los 26 años y dedicó su vida al trabajo educativo y religioso, siendo maestra y secretaria. Entre sus alumnos estuvo el general Joao Figueiredo, último presidente del régimen militar brasileño (1964-1985).
Fue además la creadora de dos bandas escolares de marcha en ciudades hermanas situadas a ambos lados de la frontera entre Brasil y Uruguay. En 2018, recibió la bendición apostólica del papa Francisco.
Consultada sobre el secreto de su longevidad, respondió: “Él es el secreto de la vida. Es el secreto de todo”, en referencia a Dios. En febrero de 2024, se difundió un video en el que aparece sonriente, compartiendo pequeñas pinturas de flores silvestres y recitando el Ave María. “Soy joven, bonita y amigable, todas cualidades muy buenas y positivas que ustedes también tienen”, comentó en esa ocasión.
Canabarro se convirtió en la segunda monja más longeva registrada en la historia, solo detrás de la francesa Lucile Randon, quien murió en 2023 a los 118 años.
