El miércoles, agresores detonaron explosivos y abrieron fuego en las instalaciones de la compañía aeroespacial y de defensa estatal de Turquía, TUSAS, lo que resultó en la muerte de cuatro personas y varias heridas, según informó el Presidente Recep Tayyip Erdogan. Los dos atacantes, un hombre y una mujer, también fallecieron, según el ministro del Interior, Ali Yerlikaya.
Yerlikaya no especificó la organización detrás del ataque, ya que la identificación de los agresores estaba en curso. Sin embargo, el ministro de Defensa, Yasar Guler, insinuó que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) podría estar implicado. “Siempre les damos a estos sinvergüenzas del PKK el castigo que merecen. Pero nunca entran en razón”, afirmó Guler. “Los perseguiremos hasta que el último terrorista sea eliminado”.
Erdogan condenó el ataque durante una reunión con el presidente ruso Vladímir Putin, expresando: “Tenemos cuatro mártires. Tenemos 14 heridos. Condeno este atroz ataque terrorista y deseo misericordia a nuestros mártires”. Putin ofreció sus condolencias, y un comunicado de la embajada de Estados Unidos indicó que Washington “condena enérgicamente el ataque terrorista de hoy”.
TUSAS se dedica a diseñar, fabricar y ensamblar aeronaves, tanto civiles como militares, y sus drones han sido cruciales en los esfuerzos de Turquía contra los combatientes kurdos en la región.
El ataque ocurrió un día después de que un líder del partido nacionalista de extrema derecha aliado con Erdogan sugiriera que el líder del PKK podría obtener libertad condicional si renunciaba a la violencia y disolvía su organización. Este grupo, liderado por Abdullah Ocalan, ha luchado por la autonomía en el sureste de Turquía desde la década de 1980, causando miles de muertes. Ankara y sus aliados occidentales los consideran un grupo terrorista.
El partido pro-kurdo también condenó el atentado, destacando que ocurrió en un momento propicio para el diálogo y la resolución del conflicto.
Según informes de la prensa turca, los agresores llegaron en taxi, detonaron un explosivo para generar pánico y así acceder al complejo. El conductor del taxi fue una de las víctimas mortales. Imágenes de seguridad mostraron a un hombre armado con una mochila. El Ministro del Interior aseguró que la situación ya estaba bajo control tras el despliegue inmediato de equipos de seguridad.
El vicepresidente Cevdet Yilmaz señaló que el objetivo del ataque era el “éxito” de Turquía “en la industria de la defensa”.