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A tres años de la pandemia de COVID-19, el misterio de su origen

¿Origen “natural” o de un “laboratorio”? La incógnita del origen de SARS-CoV-2 sigue siendo tema de debate

Más de tres años después de que se declarara la pandemia por el SARS-CoV-2, su origen sigue siendo objeto de debate y enojo. La herida se reabrió esta semana, después de que un reporte de inteligencia desclasificado revelara que tanto el origen “natural como el de “laboratorio” son plausibles.

El tema del origen del COVID-19 es de suma relevancia para la comunidad científica, que conociendo cómo fue que empezó todo podría tomar más medidas para prevenir futuras pandemias, modificar prácticas o prohibirlas, entender mejor cómo combatir una enfermedad que ha dejado 7 millones de muertos en el mundo.

Sin embargo, no es tan sencillo. Menos cuando hay tantos intereses políticos y una rivalidad como la que existe entre China y Estados Unidos.

¿QUÉ DICE EL REPORTE DE INTELIGENCIA?

Básicamente, el informe de la Oficina del director de Inteligencia Nacional (ODNI) señala que no hay evidencia directa de que el SARS-CoV-2, el virus causante del COVID-19, haya sido creado en un laboratorio de investigación de Wuhan, en China.

“La Agencia Central de Inteligencia y otra agencia siguen sin poder determinar el origen preciso de la pandemia de Covid-19, ya que ambas hipótesis [la del origen natural y la de la fuga de laboratorio] se basan en suposiciones significativas o se enfrentan a problemas, con informes contradictorios”, indica el informe.

Cuatro agencias creen que el virus se transfirió de animales a humanos. Otras dos agencias —el Departamento de Energía y el FBI— siguen creyendo que el virus se filtró desde el laboratorio. Pero, aunque el informe del ODNI confirma que científicos del laboratorio de Wuhan estaban trabajando en ingeniería genética de coronavirus parecidos al del COVID-19, “no hay información” que pruebe que se haya estado trabajando específicamente con el SARS-CoV-2, o al menos con algún virus lo suficientemente cercano como para producir el causante del COVID-19.

Ya en marzo pasado la ODNI había presentado una conclusión similar. La institución tampoco encontró evidencias de que tres científicos del laboratorio fueron algunos de los primeros infectados y que habrían sido ellos mismos quienes crearon el virus.

El Congreso de Estados Unidos estaba a la expectativa de y había exigido este informe, pero se llevó una gran decepción.

Quienes defienden la teoría de que el virus se originó en el laboratorio subrayan que éste se ubica a 40 minutos del mercado húmedo de Huanan, donde surgió el primer grupo de infecciones por COVID conocidas, a finales de 2019.

¿QUÉ DICE LA OMS?

En su informe más reciente sobre el tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que se necesitan más investigaciones para determinar cómo se originó el COVID. Hace dos años, luego de una investigación conjunta con China, la OMS consideró “extremadamente improbable” la teoría de la fuga en el laboratorio.

Sin embargo, en abril pasado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, se quejó de que China no está brindando la información científica necesaria. “Sin un acceso completo a las informaciones que dispone China (…) todas las hipótesis [sobre el origen del coronavirus] siguen sobre la mesa”, dijo.

LA TEORÍA DEL ORIGEN NATURAL

Para la mayor parte de la comunidad científica, el coronavirus tiene un origen natural; en otras palabras, un animal lo transmitió a una persona, en el mercado de Huanan o en la ciudad de Wuhan. Aunque China negó en un principio que en el mercado hubiera animales como los que pudieran transmitir el virus, se descubrieron pruebas moleculares de la venta de ese tipo de animales ahí.

China no piensa lo mismo. Sus teorías van de que fue Estados Unidos el país que creó el virus y lo introdujo de contrabando en China a que entró desde el extranjero al país a través de envíos postales o de alimentos. Científicos no han encontrado pruebas que avalen estas hipótesis.

¿Y QUÉ SÍ SABEMOS DE LAS VACUNAS Y VARIANTES?

El COVID-19 se ha combatido con vacunas bivalentes y monovalentes, y las nuevas dosis deberán desarrollarse contra las subvariantes de Ómicron, al ser las dominantes, refieren las agencias sanitarias.

Las dosis bivalentes “incluyen un componente de la cepa del virus original (…) y de la variante ómicron”, indica la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA).

Las monovalentes “tienen un sólo componente o uno que corresponde a la cepa original del virus”.

En EU, la enfermedad sigue siendo una preocupación para las personas mayores de 65 años y las personas con sistemas inmunológicos débiles.

Por lo anterior, la FDA y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ofrecen una segunda vacuna de refuerzo bivalente.

Los CDC recomiendan tener una dosis bivalente a todas las personas mayores de seis años, independientemente de si completaron previamente su serie primaria (monovalente). Además, permiten una dosis adicional bivalente para los adultos de 65 años o más, y dosis adicionales para los inmunodeprimidos.

Las monovalentes, contra el vector original, ya no se recomiendan en EU.

En marzo, un estudio de los CDC mostró que las bivalentes son eficaces contra la variante XBB.1.5.

Sin embargo, según estudios de la FDA, la eficacia de la vacuna bivalente COVID contra los sublinajes de ómicron parece disminuir con el tiempo.

En el futuro, la OMS, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) recomiendan “una vacuna monovalente adaptada al linaje XBB.1 de ómicron el próximo otoño”Pfizer/BioNtech, Moderna y Novavax ya están desarrollando versiones de sus respectivas inmunizaciones contra el XBB.1.5 y otras subvariantes del COVID-19.

Fuente: Vanguardia MX

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