VibrArt, un festival que busca conectar con los jóvenes a través de su propio lenguaje
“En el Tec de Monterrey se trabaja mucho esta visión de la competencia junto con la colaboración, le conocemos como la ´coopetencia´. En ese sentido, nos serviría modernizar los formatos, hacer de Vibrart más un festival de las artes, donde vienes a mostrar, compartir y conectar, más que a competir”, dice en entrevista Luis Raúl Domínguez, decano de LiFE Tec de Monterrey.
El Estado de Nuevo León fue la sede de la tercera edición del VibrArt 2023, una plataforma que reúne las disciplinas artísticas impulsadas al interior del Tecnológico de Monterrey, tales como el Festival de la Canción, el Concurso de Creación Literaria, el Festival de Cine, Tec Dance, Festival de Monólogos y el Concurso de Artes Visuales. A propósito del encuentro, Luis Raúl Domínguez, decano de Liderazgo y Formación Estudiantil (LiFE) del Tec, platica a El Economista sobre el surgimiento del festival y cómo este proyecto busca además de consolidarse como el espacio cultural más importante de la institución, ser un modelo que permita un legado para las juventudes de nuestro país.
“Este es el evento para darle énfasis al florecimiento humano, que es parte de nuestra visión y en este sentido las artes son muy importantes para lograrlo. También es parte de nuestro modelo educativo, siempre se ha considerado la formación integral como un elemento muy importante en el desarrollo de líderes. Cuando te involucras en un modelo educativo basado y fundado en competencias, se vuelve clave ejercitar esas competencias a través de las expresiones artísticas como estas”.
Comparte que, desde esta visión educativa, el arte es un componente muy importante para detonar la creatividad y la innovación en los más jóvenes, “el hecho de que los chicos estén haciendo un trabajo original e inédito en diversas plataformas los pone a prueba”. Subirse al escenario y ponerlos en una situación totalmente real, donde hay público y retroalimentación con el grito, el aplauso, o la porra.
Domínguez asegura que este ejercicio es muy valioso para los estudiantes, pues da un sentido de comunidad y pertenencia muy importante, “los chicos cada año esperan la convocatoria y asistir al Vibrart, además el crecimiento personal es fundamental, les abre el panorama para ir más allá de lo que sus circunstancias les presentan”.
¿Cómo surge Vibrart?
El decano de esta institución platica que Vibrart está en su tercera edición, sin embargo, tiene una historia detrás que se remonta a los años 80, cuando en el campus Monterrey un grupo de jóvenes estudiantes se acercaron a las autoridades para solicitar un espacio tipo “La OTI”, de ahí nació el festival de la canción. Paralelamente la carrera de letras tenía un concurso de creación literaria y durante muchos años fueron surgiendo concursos y festivales en otras disciplinas artísticas que fueron construyendo la tradición cultural de la institución.
Después llegó el teatro, que se convirtió en el festival “Monólogos”, y el festival de baile que ahora es Tec Dance. “Hace aproximadamente 10 años nos dimos cuenta que teníamos muchas cosas sucediendo a nivel nacional y queríamos que siguiera sucediendo, pero no era sustentable, se requerían recursos para tener tantos concursos a nivel nacional”.
Ahí vino la pregunta ¿Por qué no hacer un gran festival de las artes con todos los estudiantes?, la idea se integró en 2016 con el nombre del Festival Nacional de la Cultura y las Artes, pero sonaba “muy institucional, incluso hasta ostentoso”. La idea era conectar con los estudiantes, que fuera fresco y en el lenguaje de los jóvenes y como se dan los festivales hoy en día, como el Pal Norte o Lollapalooza, “cosas mucho más modernas con un mayor poder de convocatoria”.
Así fue como evolucionó a Vibrart, “algo más abstracto, pero que al mismo tiempo conecta mucho más con el estudiante, de hecho, el nombre lo eligieron ellos, el logotipo fue concreción y opinión también de ellos, si queremos que sean líderes, hay que empoderarlos y escuchar su voz, así es como hoy con Vibrart convocamos a alrededor de 3,000 estudiantes de todo el país”.
La pandemia marcó el inicio de Vibrart
“Lo recuerdo perfecto, marzo 2020, teníamos que irnos a casa, confinamiento total”. Domínguez comparte aquel momento, donde se tuvieron que tomar medidas muy rápido, “en el 2020 fue el último Festival Nacional de la Cultura y las Artes, cancelamos todo y nos quedamos con unas clases magistrales por Zoom, eso frustró mucho a los chicos, además de que Vibrart estaba listo para lanzarse en esa edición”.
Se arriesgaron y lo lanzaron por zoom, “tuvimos nuestra primera edición, con un equipo pequeño, pidiendo autorizaciones a todo mundo, con protocolos muy estrictos y sin vacunas”. La primera edición tuvo como sede a Guadalajara en un formato televisivo, al primer Vibrart se aplicó en video, por separado y con un set pequeño se produjo el primer festival.
La segunda edición ya fue en formato híbrido, se activaron cuatro minisedes y aun con casos Covid, como el del mismo rector, se realizó el Festival. En esta tercera edición 2023 el panorama es distinto, “todos en presencial, como era antes, todos viajando a Monterrey en el el 80 aniversario de nuestra institución, no tiene precio, este es el sueño hecho realidad, nuestro primer Vibrart en muchos sentidos, diría yo”.
El futuro de Vibrart
Dominguez es contundente, “algo de lo que como decano estoy convencido es que este tipo de eventos son tan maravillosos que no pueden tocar únicamente a un pequeño grupo de estudiantes”, asegura que esto debe tocar a la mayor cantidad de jóvenes, y el primer paso para el futuro es superar el reto de incluir a más estudiantes, para eso buscarán tener esta vivencia en diferentes etapas eliminatorias durante todo el año; la otra es incorporar más disciplinas artísticas, por ejemplo coros, compañías de folclor e incluso fuera de las artes escénicas crecer en la plástica, con temas como el maquillaje.
También se espera evolucionar y no dejar estrictamente el formato de concurso, “en el Tec se trabaja mucho esta visión de la competencia junto con la colaboración, le conocemos como la ´coopetencia´. En ese sentido nos serviría mucho modernizar los formatos, hacerlo más un festival de las artes, donde vienes a mostrar, compartir y conectar, más que a competir. El futuro de Vibrart lo vemos con el gran reto de hacerlo viable, tanto económica como humanamente, los sueños son grandes y queremos compaginar todo esto, como parte de la cultura universitaria, incluso llevarlo a nuevos espacios, que sea un legado para la juventud en nuestro país”.
Fuente: El Economista